2024 está llegando a su fin, y no podemos negar que ha sido un año desafiante, lleno de incertidumbre para el país y especialmente para sectores como el de la construcción y las marmolerías. Sin embargo, también ha sido un año de aprendizajes y reflexión sobre el esfuerzo que requiere salir adelante en nuestro rubro.
Las marmolerías somos pymes que enfrentamos costos enormes en cada etapa de nuestra operación. Manejamos gastos fijos como sueldos, alquileres, servicios y la constante inversión en maquinarias de alta tecnología, junto a productos que están cotizados en dólares, un desafío mayor en un contexto económico tan inestable.
Además, trabajamos a medida, lo que significa que producimos para cada cliente en particular. Esto hace que nuestro trabajo sea aún más especializado, dejando poco margen para errores. En una marmolería cada pieza lleva dedicación, precisión y experiencia. Por eso, cada vez que atravesamos momentos de incertidumbre, lograr mantenernos y hacer las cosas bien no es solo un esfuerzo... ¡es un verdadero logro y una bendición!
A pesar de los cambios políticos, del dólar y de los vaivenes de la economía, seguimos aquí, aprendiendo y creciendo. Porque entendemos que en esta industria no solo se trata de sobrevivir, sino de adaptarnos, innovar y ofrecer un trabajo de calidad que nos distinga en el mercado.
Sigamos adelante con optimismo, porque aunque el camino no sea fácil, siempre vale la pena.
