En el sector de la marmolería, uno de los mayores desafíos que enfrentamos todos los días es el desperdicio de materiales, un problema que se ha convertido en parte de nuestra realidad cotidiana. Los residuos generados por cortes, rechazos y piezas no utilizadas ocupan espacio, pero lo más importante, muchas veces se desechaban sin pensar en su posible reutilización.
Por suerte, esto está comenzando a cambiar. Como parte de un proyecto personal basado en mi tesis de licenciatura, en nuestra marmolería hemos encontrado soluciones prácticas para procesar y reutilizar esos desperdicios de manera eficiente, con un claro enfoque en la economía circular.
En primer lugar, desarrollamos un centro de procesamiento de desperdicios con una máquina trituradora y zaranda, que clasifica las piedras en diferentes tamaños (0.20, 0.10, 0.05), lo cual nos permite reutilizar los fragmentos para decoraciones, rellenos e incluso en la mezcla de hormigón para la construcción de pisos. De esta manera, estamos creando una segunda vida útil para esos materiales que, de lo contrario, se habrían convertido en basura.
Además, creamos una máquina torno que nos ha permitido fabricar productos como bandejas, ceniceros y saboneras a partir de esos residuos. Esto no solo ayuda a reducir la cantidad de desperdicios, sino que también fomenta una producción más sostenible y creativa.
Sin embargo, esta no es una solución aislada, es una oportunidad para todo el sector. Sabemos que la marmolería produce una gran cantidad de desperdicios y, como ocurre en muchos otros países como Brasil, estos pueden ser aprovechados y reciclados de manera eficiente. Por eso, desde mi experiencia, quiero proponer una iniciativa a nivel local: hablar con los gobiernos y municipios para implementar contenedores de reciclaje exclusivos para el sector, que cuando estén llenos puedan ser procesados adecuadamente y transformados en nuevos productos. Esta propuesta no solo contribuiría a la economía circular, sino que también generaría trabajo y ayudaría a reducir nuestro impacto ambiental.
Como marmoleros, tenemos el poder de convertir nuestros residuos en oportunidades y ser parte de este movimiento. Si tienes ideas o quieres saber más sobre esta propuesta, ¡estoy dispuesto a compartir mi experiencia y conocimientos en esta área! Ya lo hemos logrado con éxito en nuestra empresa, y espero que más colegas se sumen a este cambio.